Nawal al-Ghsein, más conocida como Um Ibrahim, tiene 60 años. Es la responsable del Foro de Mujeres Emprendedoras palestinas en Gaza.
Um Ibrahim,es una mujer que no se rinde nunca a pesar de los obstáculos. “No hay que parar, hay que seguir, seguir siempre hacia adelante”.
La familia de Um Ibrahim es beduina, una comunidad patriarcal donde a las mujeres les está permitido tener su propia fuente de ingresos sin que el marido, teóricamente, pueda arrebatárselos. Tras casarse siguió disfrutando de un modesto, pero más que suficiente poder adquisitivo hasta que las fuerzas israelíes detuvieron a su marido durante la Primera Intifada palestina. Ella se quedó sola a cargo de los hijos y su situación económica empezó a deteriorarse.“Yo tenía que arreglármelas para alimentar a mis cuatro hijos. Así que decidí abrir una tienda de bordados y vestidos palestinos”.
En 1992, su marido fue liberado y Um Ibrahim decidió cerrar la tienda que regentaba. El negocio le había proporcionado dos elementos importantes: una amplia red de contactos y el concepto de solidaridad entre mujeres. Era el momento de seguir avanzando. “Durante los años que tuve la tienda vi cómo las mujeres y las más jóvenes necesitaban que alguien les diera un empujón. Así, al cerrar la tienda, creé una asociación de mujeres que en poco tiempo se convirtió en una asociación con una sede de tres plantas a cargo de una fábrica de productos lácteos y una tienda de maquillaje”. La asociación ofrecía una oportunidad de empoderamiento económico para las mujeres que participaban en ella, además de formación e ingresos. Pero en 2010, tras quince años de andadura y profundo desarrollo, Hamás cerró la asociación, al igual que hizo con las organizaciones más fuertes de Gaza.
Se sumió entonces en una profunda depresión. . “Hablé con mi marido, él siempre me ha apoyado en todo, y me dijo que decidiera lo que decidiera para él estaría bien. Quería seguir adelante, ¿cómo iba a abandonar a todas esas mujeres con las que había trabajado?” Así fue como en 2011, decidió abrir de nuevo una tienda de bordados y vestidos tradicionales palestinos en el campo de refugiados de Nuseirat.
“La situación de la mujer desde los años 90 hasta hoy ha mejorado, pero no de forma muy significativa. Antes no era aceptable que la mujer trabajase y siempre preguntaban a dónde vas, a qué hora llegas a casa. Ahora cada vez más chicas van a la universidad, salen de casa, trabajan, pero no es suficiente: las cosas negativas que nos afectan siguen siendo más que las positivas”. A pesar de que ha habido cambios en la actitud de la sociedad, el conservadurismo familiar y el control sobre las mujeres siguen existiendo. Para Um Ibrahim, la mejor forma para que la mujer avance en la sociedad gazatí, se le dé mayor visibilidad y respeto, es trabajando.